Giros y cambios dignos de un drama de Netflix. El año 2022 fue diferente a cualquier otro, con giros y sorpresas dignos de un drama de Netflix.
No es de extrañar que los mercados financieros se hayan adentrado en un territorio desconocido, con inversores conteniendo la respiración para ver qué pudiera suceder después. Sin perjuicio de ello, es menester notar que los inversores intentaron buscar oportunidades en los mercados, por raras que pudiesen parecer.
Después de disfrutar décadas caracterizadas por un desempeño alcista en la mayoría de las clases de activos y correcciones de mercado breves y leves, el mundo ahora se enfrenta a una desaceleración significativa en los mercados a nivel mundial.
Aquí hay un resumen de los eventos que ocurrieron en 2022 que tuvieron el impacto más grande, y potencialmente más duradero, en los mercados, traders e inversores.
Guerra en Ucrania y respuesta global
A pesar de las repetidas advertencias de las agencias de inteligencia desde finales de 2021, la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero de 2022 fue un shock para la mayoría del mundo. Durante el resto del año, este conflicto fue un espectro que estuvo siempre presente en el fondo y, en ocasiones, pasó a primer plano.
Más allá de la condena hacia Rusia, la comunidad global liderada por Occidente implementó duras sanciones diseñadas para dañar la economía rusa y su capacidad para sostener operaciones militares.
Rusia también quedó aislada del código Swift, el sistema utilizado por los bancos a nivel internacional para transferir dinero, y se incautaron los activos de los magnates rusos vinculados al presidente de Rusia, Vladimir Putin.
Estas consecuencias son insignificantes si se comparan con el impacto que tuvo la guerra en los mercados energéticos, dada la posición de Rusia como segundo productor mundial de crudo y principal exportador a Europa, y a Alemania en particular.
Estragos en los mercados energéticos
Ante la preocupación de que el conflicto de Ucrania interrumpa el suministro de energía, los precios del petróleo crudo superaron los 100 dólares por barril por primera vez en una década, y los precios del gas natural aumentaron más de 40% en los primeros días del conflicto.
A finales de 2022, los precios del crudo han caído aproximadamente al mismo nivel que tenían a principios de año. Sin duda, estos acontecimientos han proporcionado mucha volatilidad para que los operadores busquen rentabilidad.
Aumento de la inflación y las tasas de interés
Durante los primeros días de la pandemia de COVID-19, países de todo el mundo desembolsaron enormes sumas de dinero para mantener a flote las empresas y amortiguar el impacto económico de la pandemia en sus ciudadanos.
Inyectar enormes cantidades de efectivo en la economía tiene sus consecuencias, y todos sabían que la única pregunta era: ¿cuándo será el momento del ajuste de cuentas? Resulta que la respuesta es: en 2022.
Desde principios de año, la inflación en Estados Unidos (y en todo el mundo) ha aumentado constantemente. En respuesta, la Reserva Federal de EE. UU. ha aumentado las tasas de interés de manera constante y decisiva, al mismo tiempo que señala su apetito por mantener las tasas ‘más altas por más tiempo’.
Las altas tasas de interés tienen el efecto de reducir la demanda en la economía, aumentar el costo de hacer negocios y desalentar las perspectivas para las empresas grandes y pequeñas.
Por ejemplo, el S&P500 ha perdido 17% de valor desde principios de año, y tendencias similares se reflejan en otros índices bursátiles importantes.
En medio de una expectativa de desaceleración económica continua (si no una recesión total), muchos inversores buscaron seguridad en activos como bonos y materias primas, aunque el aumento de las tasas de interés hizo que cayera el valor de los bonos emitidos anteriormente. Esto ha hecho que la compra de bonos y otros activos de renta fija sea un asunto complicado y arroje resultados mixtos para los inversores.
Paracaídas dorados
Como activo de refugio seguro tradicional, el oro se ha comportado más o menos de la forma prevista por los economistas. Mantuvieron su valor en medio de mercados volátiles o en caída libre, proporcionando una cobertura estable y segura para las carteras de los inversores.
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Aunque las materias primas como los metales preciosos han sido históricamente una cobertura contra la inflación, su desempeño en 2022 también se vio afectado, debido a la expectativa de que la desaceleración de la economía global conducirá a una demanda más débil de materias primas en el futuro previsible. Por ejemplo, el Franklin Gold and Precious Metals Fund ha bajado 20% desde el comienzo del año.
Adapta tu enfoque comercial y de inversión en función de tu horizonte temporal
Muchos de los factores de riesgo que contribuyeron a un deslucido 2022 aún se vislumbran en el horizonte a medida que entramos a 2023. Por lo tanto, muchos inversores son más cautelosos que optimistas. Además, vale la pena recordar que estos factores son solo los que conocemos.
Si los últimos años nos han enseñado algo, es que los eventos del cisne negro pueden ser más comunes de lo que se pensaba anteriormente, y siempre debemos tener en cuenta las “incógnitas desconocidas”, ya sean desastres naturales, agitación social, decisiones comerciales o eventos geopolíticos.
En el lado positivo, también podría haber avances tecnológicos, avances en investigación o esfuerzos coordinados entre gobiernos o empresas que tengan un enorme impacto positivo en la sociedad, la economía y los mercados financieros.
A medida que miramos hacia el nuevo año, los comerciantes e inversores harían bien en permanecer disciplinados y continuar estudiando los mercados para encontrar oportunidades para tomar medidas hoy, para un mañana mejor.